LA CAMA BLANCA

El dolor a veces está tumbado
en una cama blanca,
cuánto suspiro ahogado,
queda en el silencio
de una habitación, dónde
corretea una melancolía,
llena del amargo sabor
del dolor que juega libre
por mis venas rotas.

Dime muerte: ¿Por qué rondas?
No dejaré que entres,
pondré mis muñecas
doloridas en tus cuencas
negras, vaciaré gotas
de dolor rojo, te daré,
el abrazo de las almas
cruzadas de cicatrices,
pero no dejaré que entres.

Si escondes tu dolor, te comerá por dentro, habla, grita, no sientas vergüenza y libérate.
Elfi.


20 comentarios en “LA CAMA BLANCA

  1. ¡Has renovado tu casa en mi ausencia! también tendría que hacerlo yo pero me da miedo cargármelo todo…

    Es desolador querer mitigar su dolor y no encontrar el modo de hacerlo, querer entrar en su interior y no poder, querer hablar y solo escuchar el silencio… Eso lo sé muy bien porque alzó un muro de silencio entre los dos que no pude o no supe derribar.
    Un beso y ánimo.

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