Un magnífico relato de Anne, que te impactará. Me ha encantado realmente.
Besos de luz.
Queridos lectores: Debo confesarles que escribir este relato fue extraño. Cuando me estaba decidiendo de qué hablaría hoy, una vocecita empezó a decir “uno, dos, tres…” en mi cabeza y mis dedos empezaron a fluir…
Uno, dos, tres. Salto la cuerda, doy medio giro y me agacho así. Cuatro, cinco, seis. Me agacho así, doy medio giro y salto la cuerda. Siete, ocho, nueve, diez. Salto la cuerda, doy medio giro y…
-¡Eleonor! ¡Para! ¡Por favor! ¡No lo soporto! -Grita Emily, mi hermana mayor, con los ojos desorbitados -Si papá descubre que lo estás volviendo a hacer…
-¡No le digas, Emy! -Exclamo asustada mientras suelto la cuerda y me acerco corriendo a ella -Por favor -Suplico y empiezo a lloriquear. No quiero que mis padres me vuelvan a enviar a ese tenebroso lugar lleno de paredes blancas y doctores sin corazón.
-Pero Ele, de nuevo estás haciendo ese extraño rito…
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Hola María, me encanta tu salto de cuerda… A mi sí me llegan tus entradas que voy leyendo con interés. No siempre puedo comentarte pero sabes que me encanta lo que escribes. A veces dejo en linea lo referente a la poesía japonesa para activar lo que me enseñas… siempre me resulta difícil, pero me encanta el desafío.
Deseo que vayas superando la pena. Y que sigas escribiendo como sabes hacerlo. Mi abrazo y cariño y feliz semana. Mi abrazo de luz.
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Mil besos Julie.
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