Hay miradas insondables,
caes en ellas y ya no puedes salir.
Ahí me quedé en tus pupilas,
llena de deseo y lascivia.
Me sube una fiebre perversa,
que arrasa todo mi cuerpo
como huracán del desierto.
Tengo sed, dame que lama tu sudor
Quítamela con tu saliva en mi boca.
Por la ventana los árboles
de tronco erecto dan sombra
a la habitación donde el deseo
se pasea por el vicio de tus labios.
Tú cuerpo desnudo me provoca,
me estás haciendo perder el control,
muérdeme, coge mi cuerpo y hazme
lo que quieras.
Pero quítame esta fiebre que me consume.
¡Devórame!
Suelta tu lujuria entre mis muslos,
hazlo con furia,
haz que esta noche los sueños
estén llenos de ti
🔥🔥🔥
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¡Gracias!
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A vos por tus letras…
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Un relato ardiente e inspirador. Me recuerda pasajes de mi vida.
Yo también tune deseos.
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¡Gracias Ignacio!
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👋👋👋
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¡Gracias L.! Beso
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otro de vuelta
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Es un poema muy potente. Un besazo.
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¡Gracias Carlos! Besos para ti primor.
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Maravilloso.
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¡Muchas gracias, Michael! Abrazos. María.
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