HISTORIAS MUY VIVAS 4—HOMBRE DE NEGRO

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Al mirar los ojos del hombre de negro me dió vértigo, sentí como si me tragase un sitio aún peor que en el que estaba.

¿Por qué no está mi familia, mis amigos, nadie conocido?

Bueno sí, vi a un chico que me gustaba cuando respiraba. Callé de golpe y, el corazón si es que me latía se me escapó del susto al ver la cara del hombre de negro.

¿Has visto a alguien al otro lado?

Respondí con un si tímido y asustado ¿Pasa algo?

¿Tu también has visto algo chico del collar?

¿Chico del collar? Menudo nombre para la soga que le colgaba, pero la verdad es que parecía un collar. Macabro si, feo también, pero un collar…

No, no he visto nada, solo a esta. ¿Esta? ¿Perdona? Esta se llama Lara.

¡Déjate de tonterías niña! Idos allí -señaló al tanatorio- y mirad bien a quién veis.

Y sin un segundo de preparación me encontré con mi cuerpo. ¡No habíamos andado!
No me reconocía en él, miré alrededor y ya no estaba mi chico guapo. Me puse triste, asustada, apenada, ni viva había sentido tantas cosas en un minuto.

Metí el codo al chico del collar que miraba mi cuerpo con cara de bobo, ¡Qué ataúd más chulo! Lo agarré de la cuerda furiosa, ¿Chulo? Eres tonto, pero tonto del todo, ¿Eso es lo único que se te ocurre? ¡Estamos muertos! Tiré más fuerte aún de la cuerda con rabia.
Ey para, ¡Qué me me vas a ahorcar! Se echó a reír de manera histérica.
Lo abracé. Lo siento chico del collar, anda, vamos a buscar tu cuerpo. Así…Como si fuésemos a buscar unos zapatos.

Miramos sala tras sala y allí no estaba, de pronto caí. Te están haciendo la autopsia… Y allí sin comérnoslo ni bebérnoslo estábamos frente a una camilla con un cuerpo tapado con una sábana

Me pregunté: ¿Si pienso en Elvis me encontraré frente a él? Sacudí la cabeza y me centré en ver la sala.
Chico salgamos a ver quien hay, pasamos la puerta y allí había gente, ¿los conoces?
No, no conozco a nadie y que expresivo es este chico, el salto que dió fue espectacular, ella, ¡Está aquí! ¿Quien? La mujer que amo.
Te ahorcas por esa y, ¿Te pones así de contento?
Se lanzó por ella, -como hice yo por mi chico atractivo- y zasca tortazo al traspasarla, la risa me sacudió al ver su expresión desconcertada , ja, ja, ja, no podemos tocarlos, tranquilízate anda y levanta la sábana, tenemos que ver si eres tú…

Lentamente alzó la sábana, gritamos los dos, me atenazó la angustia, se me fue la risa de golpe, miré al chico del collar que gritaba y se tapaba los ojos. Salimos corriendo y nos encontramos con el hombre de negro que nos miraba zardónicamente.

Lo miré furiosa ¿Por qué? 

Tenías que verlo, ahora solo os diré una cosa vuestra familia está con vosotros, pronto la veréis, aunque no sé si os gustará y su risa ronca me estremeció, no os olvidéis estáis en Expiación terminó entre horribles carcajadas.

Continuará…

“La muerte es el remedio de todos los males; pero no debemos echar mano de éste hasta última hora.”
Jean-Baptiste Poquelin (Moliére)

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