Esta canción mi madre me la cantaba de pequeña y ya adolescente, aprendida de mi abuela… Me encantaba oírla cantar canciones antiguas, siempre le decía :mamá cántame una canción de las de antes y ahora la recuerdo también a través de estas canciones que se están perdiendo.
PRIMERA PARTE
Una anciana madre,
buena y cariñosa,
pidiendo limosna
por el mundo va.
Teniendo un hijo
con mucho dinero,
esta pobre madre,
¡cuanto sufrirá!
Una hermosa tarde
de mayo florido,
por la plaza España
la madre pasó.
Se ha encontrado un joven;
bien vestido iba.
Ella, una limosna
a él le pidió.
El joven era su hijo.
En nada la socorrió,
y la pobre de su madre,
llorando le suplicó:
Mi hijo, maldito hijo,
sangre negra has de tener;
teniendo tanto dinero,
y a la pobre de tu madre
no la quieres socorrer.
Pronto te vendrá el castigo;
yo he de verte padecer
por ser un hijo cruel.
Ha pasado el tiempo
y este hijo tan malo,
su casa ha quedado
en mala situación.
No tiene dinero;
todo lo ha empeñado.
Igual que la madre,
a implorar salió.
Como era hombre
de malos extremos,
por todos los sitios,
las puertas cerradas.
Pero ya lloraba
y hasta renegaba
de la triste vida
que vino a parar.
SEGUNDA PARTE
Él solo se preguntaba:
Esto ha sido maldición,
que mi madre me ha echado
por ser un hijo traidor.
Mi madre, querida madre,
yo te quisiera encontrar,
para pedirte perdón,
para ti he sido muy malo.
Pero me perdonarás,
ahora estoy arrepentido
de haberte hecho tanto mal.
Mi madre, ¿donde estará?»
Esta pobre anciana,
como era tan buena,
a pedir limosna
a un hospital llegó.
Para socorrerla,
salió la priora,
y para enfermera,
la madre ingresó.
Un día, su hijo,
enfermo había quedado,
también ha ingresado
en el mismo hospital.
Y al ver a su madre,
que era la enfermera,
se ha abrazado a ella
y se echó a llorar.
Entre lágrimas decía:
Madre de mi corazón,
¡Ay, que malito que vengo!
Tu serás mi salvación.
Mi hijo, maldito hijo,
¡a donde has venido a parar!
A que tu madre te cure,
acuérdate de aquel día
que te imploré caridad;
la limosna me negaste;
pero yo no soy igual,
tu madre te salvará
POESÍA JAPONESA DE ELFICAROSA. 
Preciosa canción, mi vida!
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Muchas gracias amor, me alegro que te guste. Muuuackkk
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¡Qué bonito, María!
Cómo se quedan en la memoria esas canciones que las madres o abuelas nos cantaban. A mí abuela le gustaba cantar me canciones de esas… eran como romances.
Me ha encantado, gracias por compartir, guapísima.
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Gracias a ti por leerme, siempre me emociono cuando recuerdo las canciones, extraño a mi madre mucho. Muuuuaackkk
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Me hizo acordar a aquel pequeño cuento en que el hijo en un ataque de furia apuñaló a la madre y ella cuando iba cayendo por su herida mortal dijo:
-Hijo, te has manchado la camisa de sangre.
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¡Qué triste ! No lo conozco, voy a ver si lo encuentro. Un saludo.
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Que casualidad, yo también me llamo Luis Rodriguez. Yo ando buscando una cancion o cantinela que recitaba mi madre cuando yo era pequeño. Hablaba de un niño que se portaba muy mal y su madre lo mató, lo cocinó y le dio de comer a su familia.
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Tengo una idea de haberlo oído alguna vez de niño.
Eran cuentos fuertes.
Un abrazo.
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Hola Luis, me alegra leerte de nuevo, sí que eran canciones o cuentos muy fuertes.
Un abrazo.
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